El
19 de noviembre se desarrolló la excursión programada a Osuna (Sevilla), con el
objeto de conocer su rico patrimonio artístico y, de paso, dar testimonio de Castilla
y León a través de los castellanos y leoneses que vivimos en Córdoba.
Iniciamos la visita en la zona del “Coto
de las Canteras”, testigo de la tradición y
costumbres de la ciudad desde época remota, en donde se pueden encontrar
diferentes esculturas y tallas de magnífica factura.
Posteriormente
y en la explanada frente a la Colegiata, la guía nos introduce en la historia
explicando los distintos asentamientos
que ha tenido Osuna, yacimientos íberos y romanos, fortaleza medieval, época
moderna y el rompimiento de la muralla en el siglo XVI hasta situarse en la
zona más baja en la que se encuentra actualmente.
Visitamos la Colegiata: Interesante ejemplar del Renacimiento que se alza en
el centro de la colina que domina la población. Guarda magnífica colección de
lienzos de José Ribera “El Españoleto”, talla de Juan de Mesa, retablos
de Juan Guerra, Zamora, obras de pintores flamencos... .... Además de la
Colegiata, propiamente dicha, tenemos en el mismo edificio el Museo de Arte
Sacro, la Capilla, el patio del Sepulcro y el Panteón Ducal.
Posteriormente pasamos al Monasterio
de la Encarnación. Convento de clausura, abierto para visitas
turísticas, que está considerado un auténtico museo de cerámica, donde se
pueden admirar azulejos sevillanos del s. XVIII, obras de la escuela de Alonso
Cano, Francisco Meneses ...
Continuamos con un paseo por la localidad recorriendo
algunas de sus calles más representativas donde se observa el conjunto
armonioso de las edificaciones, en su mayoría del s. XVIII, que constituyen las
principales arterias de la ciudad.
La comida la realizamos en el
restaurante del hotel ubicado en el Palacio del Marqués de la Gomera, con una
impresionante fachada, máximo exponente del Barroco civil andaluz. Consta de
dos partes, un torreón de esquina con mirador del siglo XVIII rodeado por un
balcón corrido, y el resto de la fachada construida en el último tercio del
siglo XVIII, en torno a 1770. El estilo barroco se
aprecia en la fachada, en el patio central con galería de arcos que alberga en
uno de sus ángulos una capilla barroca del s. XVIII con una imagen de una
virgen dolorosa.
Tras
la comida se visitó el Museo Arqueológico. Torre
almohade que alberga restos encontrados en la localidad, algunos de las cuales
son obra cumbre del arte íbero.